BELÉN ABARZA

Diseñadora escénica y directora. Es Licenciada en Artes con mención en Diseño Teatral por la Universidad de Chile y Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual del Museo Reina Sofía y la Universidad de Castilla La Mancha. Ha trabajado durante más de quince años como escenógrafa e iluminadora en artes escénicas, colaborando con compañías como Teatro de Ocasión, Silencio Blanco y Teatro Versión Oficial, y con creadores como Mariana Muñoz, Cristián Plana, Tita Iacobelli, Jaime Lorca, Néstor Cantillana y Jesús Urqueta. Sus trabajos han formado parte de espacios y festivales como la Cuadrienal de Praga PQ2007, el Festival Dramático Víctor Jara y el Premio Ceres. En cine inició su trayectoria con la co-dirección del cortometraje Teo, reconocido con doce premios internacionales y más de ochenta selecciones oficiales.

Metodología

Abarza trabajó desde el primer día en ensayo junto al director Jesús Urqueta y el elenco, con una metodología que se fue definiendo en sala: observar, proponer y testear composiciones espaciales y ritmos de luz a medida que emergía el texto. La luz se concibió como eje narrativo (no solo ambiental), especialmente para materializar al “amigo imaginario” y para marcar quiebres dramáticos.

Fase inicial

Se detectó tempranamente el núcleo temático (salud mental, opresión, fantasmas del personaje) y se tradujo en un espacio de escala reducida y contenida. En ensayo, Abarza exploró progresivamente áreas acotadas (por ejemplo, 2,40×2,40 m; variantes de 2,00×2,50 y 1,80×1,80 m) hasta fijar la medida operativa del dispositivo. Paralelamente, definió que el “amigo imaginario” no sería un actor en escena, sino una presencia lumínico-audiovisual.

Diseño

Se propuso un dispositivo escenográfico de vidrio espía y planos espejados —“caja mental” de reflejos— con luminaria integrada (fluorescentes superiores para el clímax y un “doble fondo” para la sensación de infinitud). La estrategia lumínica privilegió la lateralidad constante (para preservar el efecto del vidrio espía) y reservó impactos puntuales de luz para los quiebres. El “amigo imaginario” se resolvió mediante proyección del intérprete en distintas escalas sobre/tras el dispositivo, generando una multiplicación fantasmagórica de la imagen.

Realización

El diseño se desarrolló con anticipación en taller (pruebas de materiales, maquetas y ensayos de fluorescencia y proyección) y se planificó para el Teatro del Puente (técnica limitada, montaje/desmontaje frecuente). En sala, la puesta operó con un parque lumínico austero (laterales como base; apoyos de color para la escena final), y se complementó en otras venues con equipamiento equivalente (elipsos cuando estuvo disponible) sin alterar el dispositivo. La coordinación con el cineasta Manuel Morgado para el contenido del “amigo imaginario” y con la realización de Manuel Morgado (Manuel Morgado) permitió ajustar espesores, fijaciones y mantenimiento del sándwich espejado, asegurando portabilidad y repetibilidad del montaje.